Oficina
Climatización
La climatización consiste en acondicionar el aire a unos niveles de temperatura, humedad y calidad adecuados para el bienestar de las personas según la época del año, esto es, calefacción en invierno y refrigeración en verano. Para este fin, una oficina “tipo” puede invertir más del 50% del consumo energético total del edificio.
Consejos prácticos para ahorrar energía y dinero
- Utiliza las ventanas de forma inteligente. Por ejemplo: si les da el sol, aprovecha su calor en invierno, y baja los toldos o persianas en verano.
- Emplea el enfriamiento gratuito: abre los ventanales durante la noche y las primeras horas de la mañana. Asegurarás la calidad del aire, una buena ventilación natural y, a la vez, ahorrarás dinero y energía.
- Evita temperaturas superiores a lo necesario y el gasto superfluo de energía que generan. Los edificios públicos y centros de trabajo deben ajustar la calefacción a 19º en invierno y el aire a 27º en verano.
- Apaga los aparatos eléctricos que no se estén utilizando (lámparas, fotocopiadoras, impresoras, ordenadores, etc.). Además de su consumo, estos aparatos generan calor en las oficinas.
- Mantén cerradas las puertas y ventanas al exterior cuando funcionen los sistemas de climatización, e implica y conciencia a tus compañeros.
- Si tu edificio posee radiadores o fan-coils (rejillas de aire), no los cubras ni tapes con objetos que impidan la difusión del aire, y usa el termostato. Y apágalos si eres el último en marcharte.
- Si tu edificio tiene algún tipo de control de encendido/apagado de la climatización (horario o por zonas ocupadas/de paso), apágala en los espacios donde no sea necesaria.
¿Sabías que...
Iluminación
¿Sabías que...
Consejos prácticos sobre iluminación en la oficina
- Aprovechar al máximo la luz natural: mover los objetos que impidan el paso de la luz (armarios, estanterías, plantas), colocar las mesas de trabajo cerca de las ventanas, mantener las persianas abiertas, etc.
- Utilizar sólo las luces realmente necesarias. Un hábito tan sencillo como apagar una luz que no use nadie puede representar un ahorro de energía de hasta un 10%.
- Genera hábitos entre tus compañeros recordándoles que no olviden apagar al irse. Los servicios de limpieza, conserjes, personal de seguridad, etc. desempeñan un papel importante en esta acción.
- Utiliza lámparas de bajo consumo (fluorescentes o LEDs). Con el mismo nivel lumínico, su consumo energético es muchísimo menor y su vida útil muy larga, lo que repercute en menores costes de reposición y mantenimento.
- Una oficina con sistemas de control de iluminación permite importantes ahorros de energía, mediante medidas como estas:
- Usar sistemas de gestión integrados. Hacen posible programar encendidos y apagados, variar flujos lumínicos, integrar detectores de presencia y controlar las instalaciones del edificio de forma remota y simple desde un smartphone, tablet u ordenador.
- Colocar detectores de presencia en las zonas de trabajo, paso y acceso.
- Dar preferencia a la iluminación localizada y adaptarla a a las necesidades de cada puesto de trabajo.
- Emplear reguladores electrónicos de intensidad luminosa en las luces cercanas a las ventanas, que solo se enciendan si no hay luz natural.
- Reducir la iluminación en pasillos y zonas de paso.
- La intensidad de luz desciende cuando se ensucian las lámparas y bombillas. Promueve su limpieza periódica: ahorrarás energía y mejorarás la calidad de la iluminación.
- También es posible ahorrar en la iluminación de emergencia: las luces tipo LED requieren una batería de menos capacidad y consumen menos.
Equipamiento ofimático
Los equipos eficientes, los sistemas de ahorro de energía y una adecuada selección y uso de estos equipos, son esenciales para lograr el objetivo de ahorro energético.
Consejos prácticos para el ahorro energético
- Utiliza las funciones apagar, suspender e hibernar del ordenador según tu actividad. Y apágalo siempre al finalizar tu horario o en vacaciones.
- Es mejor adquirir equipos con etiquetado Energy Star. Los ordenadores y monitores con este logotipo consumen entre un 25-60% menos, y las impresoras son un 25% más eficientes.
- Para disminuir el consumo de tu monitor, se aconseja:
- Apagar la pantalla del monitor en paradas de más de 10 minutos.
- Ajustar el brillo de la pantalla a un nivel medio o bajo, fijado por defecto en muchos portátiles cuando funcionan con batería (ahorra hasta un 40%).
- Eegir fondos de pantalla con colores oscuros (precisan un 25% menos de energía que una pantalla blanca).
- Utilizar un salvapantallas negro, sin imágenes ni animación.
- Evita el consumo fantasma en modo de espera (stand-by). Si dispones de regletas de enchufes con interruptor incorporado, apágalo al finalizar la jornada laboral. Así cortarás el suministro energético a todos los aparatos conectados.
- Utiliza la impresora de forma eficiente:
- Imprime documentos por las 2 caras y en blanco y negro, o usa las funciones de ahorro de tinta y el modo borrador.
- Procura agrupar el envío de los trabajos a la impresora y agita el cartucho de tóner cuando se está agotando, hará muchas copias aún.
- Establece un apagado centralizado de todos los aparatos ofimáticos fuera de la jornada laboral, como las impresoras. Si tu impresora es local, apágala siempre que no se utilice.
- Solicita al responsable de IT que configure el modo ahorro de energía.
¿Sabías que...
Ascensores
Los ascensores originan un considerable gasto energético y de averías o mantenimiento. Su uso racional, tanto por parte del personal como de los visitantes, puede suponer ahorros importantes.
Consejos prácticos para el uso de ascensores
- Intenta subir y bajar por las escaleras, especialmente entre plantas contiguas. Es más económico, ecológico y saludable.
- Si el edificio tiene varios ascensores, pulsa solo un botón de llamada.
Consumos indirectos
En el trabajo también hay otras muchas pequeñas acciones que pueden contribuir al ahorro energético y económico desde el origen: reducir el consumo de papel, plásticos y otros materiales de oficina; reutilizar mobiliario, cables, componentes y envases; reciclar en los contenedores correspondientes el papel, vidrio, tóner, pilas, envases y otros residuos; hacer un uso responsable del agua; y en general, extender y repetir los buenos hábitos que ya hemos incorporado a nuestra vida diaria.